SITIO OFICIAL CLUB ESTUDIANTES UNIDOS DE PEHUAJÓ

De la Federación al alma albinegra

Las gestas regionales que forjaron la identidad de Estudiantes Unidos

“Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia, la verdadera historia.”
— Lito Nebbia, Quien quiera oír que oiga (1984)

El orgullo de los socios, hinchas y dirigentes del Club Atlético Estudiantes Unidos por tener a David Cadorín es tan profundo como el sentimiento albinegro mismo. Erupciona desde el alma y estalla en mil emociones. Que un jugador vista los mismos colores durante 25 años ininterrumpidos, no es solo un récord: es una declaración de amor. Su trayectoria no sólo honra al deporte, sino que resume un legado que atraviesa generaciones: el de un club que hizo del fútbol su identidad más profunda.

Los orígenes de una pasión

Como en tantos clubes centenarios, el fútbol fue pilar fundacional y motor de la cultura institucional. Desde mucho antes de aquel 1° de mayo de 1920, los “ilustres estudiantes” moldearon los valores que aún hoy definen al club: unión, humildad, compañerismo, amistad y solidaridad, a los que con el tiempo se sumaron esfuerzo, trabajo y dedicación.

La elección del nombre y los colores —Club Atlético Estudiantes Unidos— fue en sí misma una declaración de principios.

Con el correr de los años, el atletismo, la Plaza Italia y las competencias en diversas disciplinas fueron reforzando esa identidad albinegra y el sentido de pertenencia de una comunidad que aprendió a sostenerse en sus propios valores, incluso en los momentos más difíciles.

La Federación Regional: el escenario de las primeras epopeyas

A fines de la década del ’20, el fútbol del oeste bonaerense vivía una época de expansión.

El 23 de febrero de 1929, en el Club Español de Bragado, dirigentes de toda la región dieron vida a la Asociación de Fútbol del Oeste, que más tarde se convertiría en la Federación Regional de Fútbol del Oeste de la Provincia de Buenos Aires. Entre los clubes invitados a participar estuvo Estudiantes Unidos, junto a Atlético KDT y Sportivo Argentino (hoy Deportivo Argentino), y su historia en esos torneos marcaría un antes y un después.

El Albinegro disputó aquel primer torneo en 1929, finalizando quinto en su zona —la “Andrés Arturo Mack”—, en la que participaron equipos de Pehuajó, Trenque Lauquen, Pellegrini, Tres Lomas, Mones Cazón, Francisco Madero y J. J. Paso. Fue el comienzo de un camino que marcaría para siempre al fútbol pehuajense.

La Federación Regional de Fútbol del Oeste fue una de las competencias más amplias y prestigiosas del interior bonaerense, llegando a ser la segunda liga nacional con mayor cantidad de afiliados, detrás de la Asociación Amateurs Argentina de Fútbol. En su primera edición, en 1929, participaron 54 equipos distribuidos en cuatro zonas o secciones, que agrupaban clubes desde Alberti hasta Pellegrini, pasando por Lincoln, 9 de Julio, Trenque Lauquen, Carlos Casares, Tejedor, América, Pehuajó, Ameghino y General Villegas. Cada zona disputaba su propio campeonato, y los ganadores se enfrentaban luego por el título regional. El año 1936 marcó el record con 74 equipos compitiendo.

Primeros logros y consolidación

Tras un período de ausencia (1933-1935), Estudiantes regresó en 1936 y logró el subcampeonato zonal. La recompensa llegaría un año después: en 1937, el club obtuvo su primer título oficial, campeón de zona tras vencer 3-1 a Huracán de Carlos Casares en condición de visitante, con goles de Osvaldo “Balo” Sáez, Céltico Rodríguez y Saúl Mon.

Formación: Gambero; Peña y Alemany; Bercovich, H. Pérez Issa y Camiolo; Mon, Castro, Sáez, Taylor y Rodríguez.

Campeones regionales: 1938 y 1943

En 1938, Estudiantes alcanzó un logro histórico: fue campeón regional de la Federación, el primero para el fútbol pehuajense. Tras igualar 2-2 en una batalla épica ante Huracán de Carlos Casares y consagrarse campeón zonal, el Albinegro venció en la final a Huracán de Pellegrini por 4-2 en tiempo suplementario, en una jornada inolvidable disputada en Pehuajó. Los goles fueron de Garín (2), Céltico Rodríguez y Pascual.

Plantel campeón: José Gambero, L. Peña, Enrique Pérez, “Toto” Iturrieta, H. Pérez Issa, Bercovich, Pascual, Castro, Sáez, Garín, C. Rodríguez, Saúl Mon y los hermanos Fernández.

En 1943, el club repetiría la hazaña. En el viejo “21 de Septiembre” de Ascasubi y Godoy, Estudiantes superó 3-1 a Ferro Carril Oeste de Trenque Lauquen en la final, con goles de R. García, Castro y Civelli. Formaron: Raúl Gambero; Salazar y Pérez Patié; Bartolomé, H. Pérez Issa y Almirón; Chávez, Civelli, Cadivoni, Goñi y Castro.

Estos logros no solo llenaron vitrinas; construyeron identidad. Reflejaron los mismos valores que los fundadores habían sembrado: humildad, compañerismo, respeto, entrega y amor por la camiseta.

Rumbo a la Liga Pehuajense

El ciclo del CAEU en la Federación concluyó en 1944, justo antes del nacimiento de una nueva era: la Liga Pehuajense de Fútbol, fundada el 4 de marzo de 1945. Hubiese sido posible el tetracampeonato de los años 1946, 1947, 1949 y 1950 —ya en los albores de la Liga— sin aquellas epopeyas previas?

Probablemente no. Porque cada triunfo fue un eslabón en una cadena de pasión y compromiso, transmitida de generación en generación.

Los campeonatos regionales de los años treinta y cuarenta fueron el cimiento moral y deportivo del futuro tetracampeonato en la naciente Liga.

Más que trofeos

Los campeonatos son mucho más que títulos. Son expresiones materiales de la cultura del club, anclas de identidad y fuentes de pertenencia. Cada triunfo escribió una página de la historia, y cada página fortaleció el alma albinegra.

Fuentes

*Revista CAEU- 25 años

*Diario La Voz de Bragado – www.lavozdebragado.com.ar

*Liga del Oeste (América) – www.futboldeloeste.com.ar

*Blog “Tribuna de opinion” de Lucas Bonadeo –